28 de mayo de 2018

Gobernanza y Dirección Pública



En relación, con el tema de “La Gobernanza y la Dirección Pública” podríamos plantear un ejemplo en el que ver plasmado el papel de los principales actores implicados así como la  creación del valor público intrínseco.


Pensemos en la creación de un conjunto de subvenciones públicas cuyos destinatarios serían aquellos trabajadores autónomos que necesiten mejorar sus procesos de producción y/o medios tecnológicos.

Tomando con base la mejora de la calidad, hemos de recordar que los primeros sistemas de calidad surgieron en Japón en los años 50, destacando a William Edwards Deming quien en su obra Catorce Puntos y Siete Enfermedades mortales de la Gerencia aseguraba que “si mejoramos la calidad de un proceso productivo, reducimos los reprocesos, las repeticiones de los productos que han salido mal. Si conseguimos reducir el tiempo dedicado a repetir los productos mal hechos, seguro que aumentaremos la productividad porque dedicaremos más tiempo a producir productos buenos. Este aumento de la productividad supone una reducción de costes pues en el mismo tiempo haremos un mayor número de productos sin defectos, lo que además, en nuestro caso, provocará un incremento de satisfacción en los contribuyentes y un impacto positivo en la sociedad.”


1.- En primer lugar, podemos pensar que al crear la idea de que con el mecanismo de la subvención a un sector de la sociedad determinado generamos un valor público que repercutirá en el resto de la sociedad a medio o largo plazo al agilizar y/o  mejorar la creación y producción de bienes y servicios determinados.

La consecuencia inmediata debe ser que el primer estamento (ámbito político) desarrolle e implemente los mecanismos necesarios y articule el marco normativo adecuado para el desarrollo de dicha idea.

Por tanto, creación de un marco normativo determinado y establecimiento de instrucciones para el gestor público.



2.- En segundo lugar, hemos de conseguir la viabilidad operativa de dicha idea actuando en la esfera de la dirección pública así como en la estructura administrativa que hay por debajo. En el ámbito de la dirección o gestión pública, el político debe concienciar al gestor público del beneficio y repercusión que dicha idea tiene en la sociedad. Igualmente debe dar las instrucciones para que la organización que tiene a cargo realice una gestión eficaz y eficiente en la tramitación del conjunto de subvenciones públicas.

Por tanto, organización de la estructura administrativa a su cargo


3.- En tercer lugar, el funcionario público, como autor material en la tramitación de los expedientes y eslabón último y fundamental para que el servicio público se realice con eficacia y eficiencia.

Por tanto, ejecución material de la acción administrativa. Es importante que el personal que forma parte de la estructura administrativa esté en todo momento motivado e involucrado en la consecución del objetivo final que no es otro que la tramitación del mayor número de expedientes de subvención. Para ello, considero que la persona encargada de la dirección o gestión pública puede establecer un mecanismo de consecución de objetivos revisable semanal o quincenalmente. A cambio, el funcionario que contribuya a dicha consecución verá flexibilizada o reducida su jornada laboral en el número de horas que se determine. Con ello conseguimos una racionalización del tiempo de trabajo que al final podremos dedicar en otras tareas.

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