En relación, con el tema de “La Gobernanza y la Dirección Pública”
podríamos plantear un ejemplo en el que ver plasmado el papel de los
principales actores implicados así como la
creación del valor público intrínseco.
Pensemos en la creación de un
conjunto de subvenciones públicas cuyos destinatarios serían aquellos
trabajadores autónomos que necesiten mejorar sus procesos de producción y/o
medios tecnológicos.
Tomando con base la mejora de
la calidad, hemos de recordar que los primeros sistemas de calidad
surgieron en Japón en los años 50, destacando a William Edwards Deming quien en
su obra Catorce Puntos y Siete Enfermedades mortales de la Gerencia aseguraba que “si mejoramos la calidad de
un proceso productivo, reducimos los reprocesos, las repeticiones de los
productos que han salido mal. Si conseguimos reducir el tiempo dedicado a
repetir los productos mal hechos, seguro que aumentaremos la productividad
porque dedicaremos más tiempo a producir productos buenos. Este aumento de la
productividad supone una reducción de costes pues en el mismo tiempo haremos un
mayor número de productos sin defectos, lo que además, en nuestro caso,
provocará un incremento de satisfacción en los contribuyentes y un impacto
positivo en la sociedad.”
1.- En primer lugar, podemos
pensar que al crear la idea de que con el mecanismo de la subvención a un
sector de la sociedad determinado generamos un valor público que repercutirá en
el resto de la sociedad a medio o largo plazo al agilizar y/o mejorar la creación y producción de bienes y
servicios determinados.
La consecuencia inmediata debe
ser que el primer estamento (ámbito
político) desarrolle e implemente los mecanismos necesarios y articule el
marco normativo adecuado para el desarrollo de dicha idea.
Por tanto, creación de un marco
normativo determinado y establecimiento de instrucciones para el gestor
público.
2.- En segundo lugar, hemos de
conseguir la viabilidad operativa de dicha idea actuando en la esfera de la dirección pública así como
en la estructura administrativa que hay por debajo. En el ámbito de la
dirección o gestión pública, el político debe concienciar al gestor público del
beneficio y repercusión que dicha idea tiene en la sociedad. Igualmente debe
dar las instrucciones para que la organización que tiene a cargo realice una
gestión eficaz y eficiente en la tramitación del conjunto de subvenciones
públicas.
Por tanto, organización de la
estructura administrativa a su cargo
3.- En tercer lugar, el funcionario público, como autor
material en la tramitación de los expedientes y eslabón último y fundamental para
que el servicio público se realice con eficacia y eficiencia.
Por tanto, ejecución material de
la acción administrativa. Es importante que el personal que forma parte de la
estructura administrativa esté en todo momento motivado e involucrado en la
consecución del objetivo final que no es otro que la tramitación del mayor número
de expedientes de subvención. Para ello, considero que la persona encargada de
la dirección o gestión pública puede establecer un mecanismo de consecución de
objetivos revisable semanal o quincenalmente. A cambio, el funcionario que contribuya
a dicha consecución verá flexibilizada o reducida su jornada laboral en el número
de horas que se determine. Con ello conseguimos una racionalización del tiempo
de trabajo que al final podremos dedicar en otras tareas.
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